Debemos unificarnos
Las preocupaciones sobre este tema giran en torno a una serie de conceptos y problemas tales como la seguridad, tanto del Estado como de las personas; la veracidad de la información; la dignidad de la persona; la multiculturalidad o diversidad ideológica; la influencia del surgimiento de corrientes nacionalistas en los países desarrollados; del paso de una comunicación vertical a una comunicación horizontal y grupal que puede darse entre muchas personas a la vez y de manera directa, a través del ordenador o computadora; sobre la distorsión del papel de la prensa y del uso de la libertad de expresión de pasar a buscar la veracidad de la información a responder a intereses políticos de partidos o grupos de poder.
De la comunicación horizontal y masiva surge la relación directa que se produce entre niños, jóvenes y adolescentes de distintos lugares del mundo, los cuales sustituyen sus vínculos naturales con su sociedad, los valores y modelos de conducta de sus padres , de sus hogares y de su sector social, por una serie de ideas e influencias que le transmiten individuos frustrados, deprimidos, con problemas del hogar, o degenerados que aprovechan esta comunicación para deformar el desarrollo moral, social y psicológico de nuestros jóvenes que, a solas están inmersos y absorbidos por estas relaciones que se expresan también con juegos y películas alienantes y música con letras de baja estofa y fomentadoras de conductas dañinas.
También otra variable del desarrollo tecnológico de la comunicación radica en la penetración cultural y política basada en el capitalismo utilitarista que busca de ese modo minar los cimientos de las creencias y valores que no son del interés de este sistema, para crear corrientes del pensamiento afines a su naturaleza, sin que esto sea óbice para que al mismo tiempo, el gran capital reaccionario fomente teorías que conlleven la desaparición de los Estados nacionales e ideas como el Derecho Penal del enemigo que buscan exaltar y proteger sus intereses, renegando del principio de igualdad y del respeto a los derechos humanos y fundamentales de las personas, especialmente de los inmigrantes, procedentes de regiones económicamente más atrasadas como es el caso de Latinoamérica como ocurrió con la denominada Directiva de Retorno preconizada por la Unión Europea y en la idea de que con el fin de la guerra fría y el fenómeno de la globalización, el capitalismo de derecha tiene como deber fundamental, para garantizar su existencia, el de exagerar la idea del riesgo.
Ante estas realidades, debiéramos unificarnos con urgencia en base a un proyecto nacional de desarrollo a corto y largo plazos, sin importar las diferencias internas en el orden político partidista, social, cultural o económico y dejar de lado los sectarismos estériles y folclóricos que pueden favorecer la desaparición de nuestro Estado y de la propia nación